domingo, 19 de enero de 2014

Alimentación al Alta del recién Nacido a su hogar




La alimentación al pecho tiene muchas ventajas de las que destacan la transmisión de anticuerpos maternos anti infecciosos, la menor propensión a la obesidad cuando mayores y la relación más armoniosa con su madre. El niño debe iniciar su alimentación al pecho tan pronto como esté en contacto con su madre. Si bien la primera leche (calostro) no tiene las características de la leche de los días posteriores, su composición es rica en anticuerpos y sustancias defensivas. Posteriormente se debe adoptar la frecuencia "libre demanda" es decir cuanta veces el niño quiera, en un lapso no menor de 2 horas y no mayor de 4 horas (antes de 2 horas no se alcanza a producir la leche y si después de 4 horas el niño no se ha alimentado debe ponérsele al pecho aunque no lo haya solicitado). Las mamadas deben durar 10 - 15  minutos por lado (la mayor parte de la grasa de la leche materna pasa al bebé hacia el final de la mamada). Progresivamente el niño pudiera menos tiempo para vaciar el pecho. La forma de saber si su hijo está tomando suficiente leche es pesarlo y controlarlo con su pediatra. En el primer control, a los 15 días de vida  el niño debiera recuperar su peso de nacimiento, parte del que perdió durante la primera semana. Después del parto el único estímulo que tiene el pecho para producir leche es la succión del niño. Si Ud. ofrece leche artificial este estímulo no será adecuado y la producción de leche disminuirá. Durante esta alimentación a "libre demanda"  el niño sólo requiere leche materna y no necesita agua adicional (el 85% de la leche materna es agua).  Si tiene producción suficiente de leche puede extraerla y guardarla para que otra persona alimente a su niño con ella si necesita salir. Puede usar un extractor de leche, aunque el ideal es extraerse Ud. misma con masajes del pecho que van desde la periferia "arrastrando" la leche hacia el pezón. Guarde la leche en una mamadera limpia en refrigerador y pida que la entibien antes de administrársela a su hijo. Las cantidades que el niño debe tomar aproximadamente por cada alimentación  son: primer mes: 100 ml, 2º mes, 120 ml, 3er mes 150 ml, 4º mes 180 y 5º mes 200 ml.  Es importante que cada vez, que por alguna razón,  el niño no saque su leche, Ud. se la extraiga para evitar infecciones al pecho (mastitis). Igualmente es conveniente asear el pezón después de que el niño se alimente para extraer los restos de leche que pueden servir de caldo de cultivo a las bacterias. Si pese a eso su pecho está dolorido y tenso o se coloca rojo, llame a su médico de inmediato, entretanto extráigase la leche. Siempre que se le recete un medicamento nuevo y está amamantando, consulte con su pediatra. Los controles de su bebé con el pediatra en los primeros meses son muy importantes pues en ellos se buscará enfermedades congénitas de aparición tardía, se verá su progresión de peso, estatura, habilidades y aprendizaje y Ud. tendrá la oportunidad de consultar sus dudas y aprender nuevas cosas sobre su hijo.

Sin duda la única leche perfecta es la leche materna, la más sana y completa. Además, no tiene capacidad de provocar alergia a diferencia de la leche de vaca o artificial. 










Bibliografía: 


-Aibarra. Manual de Enfermería en Neonatología. (Internet); (18-01-2014). Disponible en: http://www.aibarra.org/neonatologia/capitulo23/Padres/La_nutricion/default.htm

Alimentación Enteral del Recién nacido hospitalizado




Para los niños mayores de 34 semanas de edad gestacional y los neonatos de término lo ideal es el uso de leche materna de su propia madre, fresca, refrigerada o congelada. La leche humana de mujeres que tuvieron un parto con menos de 34 semanas de gestación se adapta bastante bien a las necesidades de su hijo prematuro, a excepción de su contenido de calcio y fósforo , que es bajo después de la segunda semana de haber nacido el prematuro y debe complementarse para evitar el llamado raquitismo u osteopenia del niño prematuro , lo que se realiza suplementando la leche con fortificantes de la leche humana que aumentan el aporte calórico total, las proteínas , el calcio, sodio, fósforo y zinc. Se utilizan desde que se administran 100 ml/kg/día de leche materna, inicialmente se administra  al 2% o 2 sobres en 100ml. y desde la 4ª semana se usa al 4 % o 4 sobres en 100 ml. Se va controlando estrictamente la evolución nutricional. Además existen distintos tipos de leches artificiales que tratan de simular las características de la leche humana y que además se complementan con algunos elementos que pudieran estar en menor cantidad en la leche humana. Por ejemplo las grasas o lípidos están representados por triglicéridos de cadena media, lo que facilita su absorción y los carbohidratos están constituidos por mezclas de lactosa y polímeros de glucosa, además de tener una mayor cantidad de calcio, fósforo y sodio.



El recién nacido de bajo peso de nacimiento que no tenga factores de riesgo puede alimentarse desde el primer día de vida. En general, se puede alimentar precozmente (2 a 4 horas de vida) a prematuros sanos de más de 1.500 gramos de peso de nacimiento.  A niños más pequeños, aún en ausencia de enfermedad es preferible dejarlos en ayuno por 12 a 24 horas, lo cual variará según edad gestacional, peso de nacimiento, succión, distress respiratorio, tránsito o distensión intestinal. Si el prematuro tiene factores de riesgo diferir por 48 horas o más según el caso.  Los factores de riesgo son: extremo bajo peso de nacimiento (menor de 1.000 gr), distress respiratorio,  asfixia severa, cardiopatía congénita, poliglobulia sintomática (exceso de glóbulos rojos) , desnutrición intrauterina severa , compromiso hemodinámico no controlado, mielomeningocele con paraparesia significativa, sospecha de enterocolitis necrotizante. En estos casos de riesgo se debe mantener sin alimentación por 48 horas o más según evaluación médica. De no presentarse problemas respiratorios y existiendo tránsito intestinal se inicia la alimentación enteral cuidadosamente, con leche de la propia madre idealmente o fórmula láctea para prematuros, en  pequeños volúmenes (12 - 20 ml /Kg/día) para ir probando tolerancia gástrica. Se va aumentando en 20 ml /Kg/día posteriormente con estricto control de tolerancia: distensión abdominal, residuo gástrico, regurgitación, vómitos. Si el volumen es menor de 30 ml administrar cada 3 horas por 7-8 veces al día. Si es mayor de 30 ml cada 4 horas por 6 veces al día. Se aumenta hasta 150 ml/kg/día. Lo ideal es alcanzar la cantidad de 150 ml/kg/día entre el 10ºy 15º día de vida.  Después de los 10 a 15 días de vida puede aumentarse el volumen gradualmente hasta 200 – 220 ml/kg/día, según necesidad, tolerancia y  ausencia de contraindicaciones. En caso de niños con retardo de crecimiento severo en períodos de crecimiento recuperacional, pueden necesitarse volúmenes mayores. Vía enteral se puede usar: leche materna extraída de su propia madre;  leche materna donada pasteurizada o fórmula láctea para prematuro.


  •  Residuos biliosos, hemáticos o porráceos en cualquier volumen (>1ml).
  •  Residuo alimentario mayor a 25-30 % de alimentación, recibiendo más de 10 ml por vez.
  •  Vómitos
  •  Deposiciones con sangre o enterocólicas.
  •  Sospecha de Enterocolitis necrotizante.
  •  Niño enfermo con alimentación con chupete o pecho que rechaza inesperadamente la alimentación.

  •  Alimentación en bolo o intermitente: administración intermitente de leche (cada 2 o 3 horas) en cantidades crecientes a través de una sonda orogástrica (bucogástrica) la cual se usa en neonatos incapaces de succionar. De no poderse utilizar volúmenes crecientes de alimentación por las condiciones generales o intestinales del prematuro su utiliza el estímulo enteral mínimo con volúmenes pequeños de alimentación, lo cual favorece la producción de enzimas en tubo digestivo y de hormonas de acción local y sistémica, mejorando la posibilidad de tolerancia a la alimentación completa cuando ésta pueda administrarse.
  •  Alimentación continua :
  •  A través de una sonda colocada permanentemente en el estómago a través de la vía nasofaríngea o de la boca para evitar obstrucción nasal. Se ha demostrado que la alimentación continua no ofrece ventajas sobre la intermitente.

En Resumen
  •  Se administra leche en bolo lento cada 3 horas, por sonda nasogástrica si es posible, o por sonda orogástrica si hay dificultad respiratoria o es menor de 1200 g.
  •  Se puede indicar uso de alimentación enteral continua en los casos de persistente mala tolerancia al aumento de volumen, en caso de displasia broncopulmonar severa o cardiopatía con insuficiencia cardíaca congestiva.
  •  Se debe estimular succión durante el período de alimentación.
  •  Si tiene 34 o más semanas de edad gestacional se evalúa alimentación por succión.
  •  Cuidados durante la alimentación: Se debe medir el residuo gástrico, el cual se acepta no debe ser mayor al 15 -20 % de la cantidad de leche administrada. Si este volumen es mayor, la siguiente administración de leche deberá ser en una cantidad a la que se reste el volumen residual. De persistir residuo gástrico aumentado o aparecer distensión abdominal se deja al prematuro en período de ayuno, pensando en la posibilidad de una patología intestinal de estos neonatos conocida como enterocolitis necrotizante.
  •  Evaluar, al menos cada 3 días, la evolución de su curva de peso y semanalmente la Talla y Circunferencia craneana (perímetro cefálico), parámetros que se van comparando con la curva de referencia utilizada (Curvas de crecimiento intrauterina o postnatal).
  •  La alimentación en niños menores de 32 semanas de gestación debe hacerse con sonda orogástrica porque su reflejo de succión es débil. Los mayores de 33-34 semanas tienen un buen reflejo de succión y deglución e incluso pueden tomar la fórmula con biberón.
En forma simple significa administrar nutrientes por vía endovenosa por no estar disponible la vía enteral. Se administran todos los nutrientes (proteínas, lípidos, carbohidratos, calcio, fósforo, microelementos, vitaminas) en las cantidades y proporciones adecuadas que un neonato necesita diariamente según recomendaciones. Todos los nutrientes mencionados diluidos en soluciones de glucosa se administran a través de vía endovenosa, que requiere en algunas circunstancias ser de gran calibre según la osmolaridad de la mezcla. Algunas soluciones de baja concentración pueden ser administradas a través de acceso venoso periférico (nutrición parenteral periférica). 

Bibliografía: 


-Aibarra. Manual de Enfermería en Neonatología. (Internet); (18-01-2014). Disponible en: http://www.aibarra.org/neonatologia/capitulo23/Padres/La_nutricion/default.htm

NUTRICION NEONATAL : SUS REQUERIMIENTOS

La Nutrición del prematuro es uno de los aspectos más importantes en su cuidado, ya que influye directamente en la disminución de la morbilidad (enfermedad) y la mortalidad de estos niños. La nutrición del prematuro procura obtener un crecimiento y depósitos de nutrientes similar al intrauterino, sin provocar enfermedad relacionada con la alimentación, promover un desarrollo neurológico y cognitivo normal y una vida saludable como adulto. 



El recién nacido debe recibir 100 a 120 Kilocalorías/kg/día , de las cuales una gran parte corresponde a su gasto calórico en reposo (50 kcal/kg/día).





Los requerimientos de agua y electrolitos varían en relación a la edad gestacional y postnatal. En un niño prematuro de 28 semanas su agua total constituye 85 % de su peso corporal mientras que en el niño de término el agua total representa un 70-75 %. Después del nacimiento se pierde agua , lo cual es más acentuado mientras más prematuro nace el niño, aceptándose que el prematuro pierde alrededor del 10-12 % de su peso corporal en forma de agua los primeros 3-5 días. Los requerimientos basales de agua en el recien nacido varían entre 48 – 92 ml/kg/día lo cual es fluctuante en distintas situaciones , ya que aparte de las pérdidas insensibles fisiológicas (por piel y pulmones)  que son mayores a menor edad gestacional, hay otras causadas por fiebre, actividad, fototerapia, calentador radiante , etc.



Los requerimientos de proteínas se estiman en 2-3 gramos/kg/día , de grasas 3 a 4 g/kg/día y de carbohidratos de 7 – 12 g/kg/día.  








Bibliografia: 

-Aibarra. Manual de Enfermeria en Neonatologia. ( internet); ( 18-01-2014). Disponible en: http://www.aibarra.org/neonatologia/capitulo23/Padres/La_nutricion/default.htm